Una actividad clásica y muy popular en los Pirineos son los recorridos que unen varios refugios de montaña. Al dormir, desayunar y cenar en los refugios no es necesario acarrear mucho peso, lo que implica una mayor comodidad. Hay infinidad de posibilidades y variantes de diferente duración (desde 2 días a 2 semanas) y dureza (determinada por la distancia, el desnivel y el tipo de terreno) e incluso se pueden combinar con ascensiones a picos próximos al recorrido.
Para realizar una travesía apoyándose en los refugios disponemos de dos diferentes posibilidades:
1) Diseñar el recorrido nosotros mismos, con ayuda de un mapa y de otra información procedente de internet y/o de las múltiples revistas, guías y libros que tratan sobre el tema. La ventaja es que podemos adaptar el recorrido a nuestras preferencias, forma física y tiempo disponible. La desventaja es que son más laboriosas de organizar (sobre todo si el grupo es numeroso y hay que hacer múltiples reservas en días consecutivos en diferentes refugios).
2) Realizar un recorrido preestablecido. Estos recorridos se han puesto de moda en los últimos años y su origen está en que los guardas de varios refugios se ponen de acuerdo para diseñar un circuito que conecte sus refugios. Facilitan la organización de la actividad a través de una central (generalmente una web) de forma que con un único trámite se reservan los refugios implicados en los días consecutivos. La principal ventaja es la comodidad de la organización (se evita tener que llamar a cada refugio por separado y esperar a que en los días previstos haya plazas). Además, para personas que no conozcan bien los Pirineos, esas propuestas suelen transcurrir por lugares muy señeros. La desventaja es que se pierde espontaneidad y no hay forma de variar los planes sobre la marcha. Económicamente no es mucho más caro que reservar los refugios por libre y además suelen hacer algún obsequio en forma de mapas del recorrido y algún otro material (un saco sábana, una camiseta, etc).
Uno de esos recorridos, propuesto recientemente, es el denominado Alta Ruta de los Perdidos, que circunvala el macizo del Monte Perdido y del Vignemale. Para ello utiliza los refugios de Bujaruelo, Goriz, Pineta, Grange de Holle y Ouletes de Gaube. Realmente es un recorrido muy espectacular que como único “pero” es que transcurre por lugares bastante transitados. Hay diferentes variantes, pero el que realizamos nosotros fue el Alta Ruta Trek.
Podéis encontrar más información en su página web (http://laaltarutadelosperdidos.com) y más fotos en http://www.flickr.com/photos/majagiva/sets/.
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